CARTA A LAS MAESTRAS DE RIVAS

Queridas maestras felizmente descubristeis la escuela rural y yo con vosotras. Parece que no existe. Los distintos Planes Educativos, las su...

Queridas maestras felizmente descubristeis la escuela rural y yo con vosotras.
Parece que no existe. Los distintos Planes Educativos, las sucesivas leyes de educación, se olvidan de la presencia de este tipo de escuelas, ocasionalmente, la citan y no siempre para mejorarla. Las imágenes que vemos, en los distintos medios de comunicación, se empeñan en enseñarnos la escuela como un lugar hacinado, en el que el alumnado está alineado viendo el cogote de otro compañero, obligado a permanecer horas seguidas mirando una pared oscura más o menos encerada separada escasamente por la presencia de un profesor, haciendo todos lo mismo a la vez.

En nuestra comunidad, ya lo sabéis, la otra escuela, esa escuela de tamaño reducido, tiene una importante presencia. A vosotras, como a tantos, de vez en cuando, la escuela rural se les hace presente. Como vosotras, jóvenes maestros y maestras descubren que su destino se coloca lejos de su domicilio, en un pequeño pueblo del que apenas conocían su existencia (No es vuestro caso). Hasta entonces, la educación rural les ha permanecido oculta, tal vez el acierto de algún profesor en su carrera, a lo mejor el contacto con algún compañero que ya lleva algunos años en el pueblo (Esa directora más riverana que muchos riberanos), les han acercado a esta realidad ajena a lo que en el estándar se entiende por escuela.

Vosotras descubristeis ese mundo semioculto de escuela pequeña y de contexto no urbano. Ya sé que tras el desanimo inicial: aislamiento, niños de edades diferentes, muchas áreas, falta de materiales, escasos recursos, desplazamientos, desorientación,… a pesar de no responder al patrón que esperabais, os habéis encontrado con actitudes positivas: las relaciones con compañeros y compañeras, la emotividad a flor de piel que produce el contacto prolongado con una pequeña comunidad, el conocimiento profundo que permite el reducido grupo de alumnos, el entorno humanizado a vuestro alcance, ritmos de vida amables,… esa Marcuera y el Arba al alcance de los sentidos. ¡Cómo me emocione cuando me lo contabais! Os note enamoradas de la situación, de ese blog con el que os ilusionáis y con el que sentís que aportáis parte de vosotras cada día. Tal vez hiciera falta algún aliciente añadido como más visitas a vuestro blog .

Me duele reconocerlo, pero existe el peligro de que lo rural acabe desapareciendo. Cada vez más, la cultura se uniforma. Los modos de vida se copian. El modelo urbano llega a los pueblos y se pretende imitar, abandonando patrones que optan por la calidad de vida porque se entiende que pertenece a ciudadanos de segunda. Vosotras habéis llegado a Rivas y no habéis querido imitar el modelo conocido, habéis evitado las estructuras ajenas aprendidas en años en contextos más grandes. Tampoco os habéis dejado deslumbrar por perjuicios que colocan lo rural en lo idílico con tintes románticos. No habéis percibido la escuela de Rivas como de menos categoría, ni habéis renunciado a tener altas expectativas. Os habéis dado cuenta de que las pequeñas estructuras educativas tienen una riqueza que no gozan las grandes y habéis explotado las ventajas. También habéis valorado los inconvenientes y, en colaboración con la comunidad, vais superando carencias con imaginación y tesón. A la vez, habéis explorado las condiciones propias de vuestro entorno y os habéis lanzado a realizar ese proyecto que aumente la autoestima del alumnado, les habéis proporcionado experiencias de convivencia en grupos más numerosos, los habéis puesto en contacto con el mundo. ¡Cómo me gusta vuestro blog! ¡Qué gozada vuestra manera de enfocar las nuevas tecnologías convirtiendo al alumnado en protagonista conectado con el mundo! !Vaya maravilla esa colaboración y participación de las familias! Estoy todavía impresionado de cómo habéis sabido aprovechar los grupos heterogéneos, como habéis rentabilizado la educación cooperativa y el aprendizaje entre iguales y próximos. Me habéis convencido de que la convivencia resulta más fácil, el seguimiento del alumnado más profundo, los refuerzos, las adaptaciones, más ajustadas.

Cierto. Queda mucho por recorrer, estoy seguro de que vais a encontrar caminos para lograr el cambio cultural necesario, en el alumnado, en sus familias y el entorno, para que perciban a todas las personas igualmente valiosas, que no existen personas de primera y de segunda. Cuando lo logréis, la diversidad que ha aportado la emigración, se habrá convertido en riqueza. Si, ya sé. La eterna dificultad: cuando los chicos se marchen de Rivas…

Posiblemente demasiado pronto, pero con la colaboración de otros compañeros, con la lucha social, se irán encontrando caminos para mejorar la coordinación y continuidad en la Secundaria, que se tengan encuentra sus intereses, su realidad cotidiana, su modelo de vida, el reconocimiento de que forman parte del futuro, del posible desarrollo o desaparición de Rivas.
He llegado a la conclusión, de que educar en las pequeñas estructuras educativas resulta más fácil, eficaz y apasionante, eso sí, contando con los profesionales como vosotras y con los apoyos necesarios. Pero de eso se trata, de hacer esta labor más sencilla y producir mejores resultados. ¿Sabéis que se me está ocurriendo? Que lo grande se puede hacer más pequeño. ¿Qué tal si los grandes centros educativos empiezan a copiar de la escuela rural?

¡GRACIAS MAESTRAS! Tal vez habéis abierto el camino de la solución de los problemas educativos: Compromiso colectivo en dimensiones humanizadas, sin escatimar recursos, puesto que se entiende la educación como principal activo para el futuro de los pueblos.
Estaremos en contacto, quiero seguir aprendiendo.

Recordar que a Rivas vienen forasteras y se van Riberanas. Un beso.
UN ENVIDIOSO: EL IMPARCIAL.

Adaptación de un artículo de Miguel Calvo Soto publicado en la revista de la FEDERACION ARAGONESA DE SINDICATOS DE ENSEÑANZA -CGT.

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  1. A mí me gustan las escuelas rurales...no soy maestra ni sé las dificultades que pueden tener, pero mis primeros recuerdos escolares, todos buenos, son de la escuela de Rivas con la señorita Mª Angeles y la Brigi.

    Reconozco que el cambio a la Concentración fue enorme. Al principio desorientada...ya no me sentía en familia, pero poco a poco me acostumbré a la gran escuela, al fin y al cabo la mayoría de los que estudiamos allí veníamos de escuelas rurales: Rivas, Bardenas, El Bayo, Santa Anastasia, El Sabinar, Valareña, Farasdués,...

    En la vida hay que saber adaptarse a todas las situaciones.

    Lo mismo que yo salí de Rivas a Ejea y de allí a la ciudad para seguir estudiando, habrá otros que harán el proceso contrario y descubrirán un mundo desconocido para ellos pero maravilloso: La vida en el pueblo.

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