Crónicas de arena: Eclosión
Sucederá así: Vendedores de aire te ofrecerán la avaricia cotidiana: televisión hervida, pequeños seres, máquinas para pisar, ordinarios man...
http://www.rivaspress.com/2008/08/crnicas-de-arena-eclosin.html
Sucederá así:
Vendedores de aire te ofrecerán la avaricia cotidiana: televisión hervida, pequeños seres, máquinas para pisar, ordinarios manjares de piel, agua de fregar, detritus excelsos, grasa adelgazante, baba de caracol, baba de perro, esencia de baba, Alí Babá y los Cuarenta Banqueros...
¡Cómo hastío el pegajoso aroma del comercio-pesebre en que se han convertido las cacareadas sendas del progreso!
Rompe el cascarón de lo habitual.
Cíñete tan sólo a la imagen que te muestro:
Humanos animales, que no desean, que no poseen, desnudos, inocentes, pertinentes. Cálidas conciencias iniciales, hierba sin dolor; silenciosos gritos de belleza.
Árboles que aman. Bucles imposibles sobre amarillos lirios. Tierra viento y trigo, aroma de fuego y de recuerdos...
Curiosos de libros, amigos, mariposas.
Dulces de libertad, papá, mamá, el albor de su pecho, el anhelo de su mano, gratitud...
En tu memoria una mirada, el consejo, la caricia de la vida.
Tengo cansancio enterrado en el jardín esperando que lo fecunde la lluvia de los días.
Y en el lagar, la sangre de una vieja pregunta intuida.
¡Hacedor! ; en mi locura, permíteme rogarte que ya basta de cordura.
Siento un dolor infinito y me duele el vivirlo sin entenderlo, sin comprenderlo.
Vosotros: muertos mugientes; dejad que los vivos desentierren a los vivos...
¡Hombres que se hagan preguntas! ¿dónde coño moráis?
¡Cómo hastío el pegajoso aroma del comercio-pesebre en que se han convertido las cacareadas sendas del progreso!
Rompe el cascarón de lo habitual.
Cíñete tan sólo a la imagen que te muestro:
Humanos animales, que no desean, que no poseen, desnudos, inocentes, pertinentes. Cálidas conciencias iniciales, hierba sin dolor; silenciosos gritos de belleza.
Árboles que aman. Bucles imposibles sobre amarillos lirios. Tierra viento y trigo, aroma de fuego y de recuerdos...
Curiosos de libros, amigos, mariposas.
Dulces de libertad, papá, mamá, el albor de su pecho, el anhelo de su mano, gratitud...
En tu memoria una mirada, el consejo, la caricia de la vida.
Tengo cansancio enterrado en el jardín esperando que lo fecunde la lluvia de los días.
Y en el lagar, la sangre de una vieja pregunta intuida.
¡Hacedor! ; en mi locura, permíteme rogarte que ya basta de cordura.
Siento un dolor infinito y me duele el vivirlo sin entenderlo, sin comprenderlo.
Vosotros: muertos mugientes; dejad que los vivos desentierren a los vivos...
¡Hombres que se hagan preguntas! ¿dónde coño moráis?
Dijeron que encontraron las respuestas.
ResponderEliminarEntonces cambiaron las preguntas.
Hagamos las preguntas y no esperemos las respuestas.
Hagamos del amor nuestra guerra cotidiana.
La arena va mojando nuestros pies.