DIVERTIMENTTO - Los Tres Axiomas de la Belleza
Hallábame en tierras Itálicas, dando una vuelta por esas ciudades que dicen que hay que ver antes de palmarla: Roma, Florencia, Pisa, Veneci...
Hallábame en tierras Itálicas, dando una vuelta por esas ciudades que dicen que hay que ver antes de palmarla: Roma, Florencia, Pisa, Venecia... y estando, a la sazón, en esta última, en la plaza de un tal Marcos que, por lo que se ve, era santo, “jarto” ya de ver tanto capitel con su consiguiente columna dórica, jónica, corintia -o la madre que las parió-, chorreándome el sudor por la espalda, merced al sofocante calor que caía en aquella tormentosa tarde del mes de agosto, decidí acercarme a una terraza veneciana dispuesto a echarme al coleto algo que aliviase, tanto la “sofoquina” corporal, como el cansancio mental que me embargaba...
-“bona sera, garçon, per favore: un Cuba Libre”
Lo que vendría a traducirse como:
-“Buenas tardes, jefe, haga usted el favor de ponerme un cubata.”
Tras un instante de vacilación en el que observo como el mozo tuerce el gesto disgustado por el “rayujo” que le había dejado en el pavimento -pensé yo- o quizás por haberle jodido la simetría de su ordenado cotarro...; al final se aleja para hacerse cargo de mi petición, perseguido por mi bendición:
-Será “capuleto” el muy bribón, si pusiesen algún toldo...
Al tiempo, reanudándose el fluir de la gente, siento como la ginebra va evaporando lentamente la importancia del momento y un extraño y placentero sopor va empapando mis sentidos... Entonces, no sé muy bien explicarlo, sin avisar, (como ocurren estas cosas), una serie de acontecimientos simultáneos se suceden entorno a mí: una oronda mosca viene a posarse justo en mi mano fiable, (la que sostiene el vaso...); una paloma me regurgita por el ano su tarjeta de visita en la punta de mi zapato; un japonés me ciega con el impertinente flash de su Kodad y entonces... en una danza voraz de los cinco espacios dimensionales...
¡La revelación ¡ ¡El éxtasis! ¡El paráclito!... La Pacha Mama besándome en mi asombrada boca...
El ancestral arcón, enterrado en lo más profundo de mí ser, se abre, y borracho de dicha, extraigo uno de los múltiples dones del tiempo. Los velos de la ignorancia se deshilachan uno a uno, y así, de una forma extraña, se posan, como grácil nieve, en mi anonadado cerebro, los tres axiomas de la belleza:
¡ Donde hay Moscas hay Mierda ¡
¡ La Mierda excluye a la Belleza ¡
¡ Donde hay Moscas no hay Belleza ¡
¡Fealdad...! Soberbia petrificada. Erigidas congojas. Vanidad de mediocres. Ambiciones inútiles. Quebrados huesos. Doblegadas espaldas conformando bóvedas agónicas. Poderosos chapoteando en el lodo de la historia, pujando como animales, sin importarles las almas usadas para cimentar las “razones de estado”, (de “su” estado).
El adulado “arte” se deshizo ante mis ojos; los inocentes reclamaban su herencia...
Con firmeza, adopté el legado de su ira, supe que vi... comprendí... y mentalmente alcé mi voz, ¡vuestra voz! para gritar por vosotros, ¡con vosotros!:
¡Cabrones!
¡Por más silencio que echéis sobre nosotros! ¡No callarais a las moscas!
muy bueno!!!!!!
ResponderEliminar!Joder tío! !Qué deputamadre!...
ResponderEliminarDa gusto comenzar el lunes entrando a Rivaspress;Se aclaran los conceptos y el divertimentto te muestra la verdad abierta en canal.
¿Qué pensaran los carniceros de todo esto?
el dibujo, perfecto; el texto, increible. Felicidades. Viktorhugo
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