Terapia postvacacional

Hola amigos!!! Se acabaron LAS FIESTAS y una vez pasadas se acerca el final de las vacaciones con un futuro bastante incierto por el moment...

Hola amigos!!! Se acabaron LAS FIESTAS y una vez pasadas se acerca el final de las vacaciones con un futuro bastante incierto por el momento, por mi parte.
Para pasar estos días al margen de las fiestas de Ejea a las que iré para devolverle la visita a Adela os propongo una pequeña terapia de un par de días para que podáis recargar pilas y afrontar con ganas la vuelta a esta “maravillosa” vida real, en la que nos reencontramos con compañeros de trabajo, amigos y conocidos.

Yo como sabía que me iba a castigar bastante en FIESTAS DE RIVAS y que después me tocaban las de Ejea, decidí anticipar la terapia.

La verdad es que es bastante sencilla de realizar. Consiste básicamente en hacer un poquito de deporte, al mismo tiempo que vas adentrándote poco a poco en la inmensidad de las entrañas de la MADRE NATURALEZA. De esa MADRE NATURALEZA que tenemos en ARAGÓN y que alcanza su máximo esplendor en nuestro maravilloso PIRINEO.

Los ingredientes son muy sencillos:

- Un par de maripís; con buena suela.
- Una mochilica con magra y una cantimplora.
- Tu tienda de compaña, a la de tus tíos, jeje.
- Y sobretodo ganas de disfrutar y relajarte.

Con estas cuatro cosicas nos fuimos Adela y Yo rumbo a Torla, maravilloso pueblo del Pirineo Aragonés, situado a las puertas del Ordesa y punto de referencia mundial de escaladores, montañeros, y aventureros.

Nos instalamos en uno de los campings que había en la localidad, la verdad es que estaba de cine y tenía unas vistas buenísimas. Después de montar la tienda y comer nos fuimos a dar una vueltica por el pueblo, nos pasamos por la escuela no sea cosa que nos fuese a tocar por ahí este año y al día siguiente realizamos la terapia.

Nos levantamos a eso de las 8:30 para desayunar y marchar a coger el autobús pues en verano no se puede acceder al parque con vehículo propio debido a la gran afluencia de gente. Nada más salir de la tienda comienza la terapia; el bello corporal comienza a erizarse y poco a poco vas notando como tu cuerpo se va cargando de energía, de esa energía limpia que emana de los árboles, el agua, la TIERRA y que depende de nosotros que sea o no sea renovable.



A las 10 estábamos ya en la pradera de Ordesa con las pilas cargadas y preparados para comenzar la andada y seguir disfrutando de la terapia. El sol va ganado terreno en la pradera, las sombras parecen decir adiós, al mismo tiempo que el agua del rocío comienza a evaporarse; el espectáculo comienza y las ganas del caminante sabiendo lo que le espera no hacen mas que aumentar.
Emprendemos el camino hacia la Cola de Caballo y el canto del agua nos acompaña en todo momento. El sendero discurre en su primer tramo entre Hayedos y Pino Negro, sobre la margen derecha del Río Arazas. Por el camino podemos observar los espectaculares saltos de agua que la caprichosa madre naturaleza ha ido creando con el paso de los años. Si cerráis los ojos por un momento y os mantenéis en silencio, sentiréis como poco a poco os va atrapando una agradable sensación de bienestar, algunos dicen que han llegado incluso a crecer un poquito, pero… no se si creerlos.



Continuando por el sendero llegamos al espectacular Bosque de las Hayas; un hayedo con árboles inmensos que apenas dejan colarse al sol entre sus ramas, al adentrarse en él algo sucede, no se explicar exactamente lo que es, pero allí dentro todo parece que vaya mucho más despacio, la tranquilidad está presente en todos los rincones y la energía que generan estos árboles y rocas hacen que por un momento nos olvidemos de los males del mundo y creamos que vivimos en un mundo en paz.

A la salida del Bosque de las Hayas las vistas son impresionantes y si te paras un momento, tomaras conciencia de la verdadera insignificancia del ser humano. Relajarás todos los músculos de tu cara al mismo tiempo que tu boca y tus ojos se abren ante la inmensidad. Es en este momento cuando podrás acercarte al río y acariciar sus aguas, las mismas que llevas escuchando desde que llegaste a Ordesa, y que te permitirán reaccionar con la rapidez del Tritón del Pirineo para después refrescarte y ayudarte en tu proceso de relajación.

Continuamos por el sendero para llegar a las espectaculares Gradas de Soaso, un sinfín de escaleras acuáticas, por donde el agua discurre divertida proporcionándonos así la dosis de alegría e ilusión que necesita todo ser humano.



Una vez arriba nos plantamos sobre la llanura del Circo de Soaso. Un inmenso valle glaciar en forma de U se abre a nuestro paso al mismo tiempo que permite remontarnos a épocas anteriores en las que todo se encontraba cubierto de hielo y nieve. Allí, en el fondo de del valle, te sientes pequeño, incluso…se podría decir que no eres nadie, pero, la belleza que tus ojos contemplan y la ilusión por alcanzar la Cola de Caballo te hacen seguir emocionado hacia delante.

Al final, y doblando la esquina del Pico Tobacor, alcanzarás la FUENTE DE LA VIDA, mírala, escúchala, acaríciala, pruébela, disfrútala a tu manera, gritando, saltando, alzando los brazos o contemplándola en silencio sentado en una roca y así, podrás llenarte de gozo y de energía.

PD: Aquí os dejo unas fotos para ilustrar un poco el relato y hacer más comprensible la terapia.


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  1. muy bueno ese aporte!!!!! me a gustado mucho, gracias por ello,sigue asi.
    Blas.

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  2. acajonante tio, me gusta!!!!

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  3. ME HA ENCANTADO!!! SIGUE ASI

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