Denominamos club de lectura al grupo de lectores que se reúne periódicamente para realizar una puesta en común de los libros que, previamente, han leído en todo o en parte sus integrantes, de forma solitaria.
A partir de esta genérica definición los matices son infinitos por la cantidad de variantes que admite: desde la composición de sus miembros, la periodicidad de las reuniones, el género de la lectura, la lengua en la que se comentan los libros, el lugar donde se celebran las reuniones y un largo etcétera. Igual que hay clubes de lectura en inglés los hay de catalán, de novela negra, de filosofía, de mujeres, de adultos, juveniles, entre padres, mensuales, quincenales, semanales, en librerías, aulas culturales o escolares, en bibliotecas o incluso en cafés a modo de tertulias. (continuara)
La iniciativa privada y la pública se solapan en la mayoría de casos. Un club de lectura puede funcionar tanto impulsado por una biblioteca, un grupo de amigos, un grupo de padres, una asociación cultural, una residencia de la tercera edad, un programa de integración de inmigrantes, una onegé, un aula de lectura, a propuesta de un profesor o de un conjunto de alumnos... Lo importante es querer desarrollar la actividad, planificarla con método y realizarla con ilusión.
Es obvio que para funcionar como club necesitamos lotes de libros de un mismo título suficientes para repartir entre los participantes. Tal vez este sea el gasto más importante de la actividad, por eso hay que estudiar todas las posibilidades.
1.Comprar nosotros el lote del libro elegido 2.Pedirlo en préstamo a otros clubes de lectura 3. Ponernos de acuerdo con otros clubes de nuestra provincia para compartir gastos y hacer rotación de libros. 4.Conseguir que un organismo de una provincia o autonomía financie cada año la compra de libros y estos puedan circular de club en club mediante un formulario de reserva.
Si adquirimos nosotros los libros deberemos tener en cuenta el tipo de letra de la edición, la edición en sí (algunas son tan malas que enseguida se desbaratan) y un factor de calidad literaria: ¿pasado el tiempo seguirá mereciendo la pena tener un fondo tan elevado de la obra escogida?
Podemos pedir libros a otros clubes, siempre y cuando también nosotros compremos algún título (por poco que sea lo que podamos) y ofrezcamos nuestro fondo. De esa manera enriquecemos el catálogo común.
Para abaratar costes (de transporte en caso de préstamo entre provincias o de inversión en libros, cuando se ha producido adquisición de obras) recurriremos a una fórmula interesante consistente en convocar reuniones periódicas de los coordinadores de clubes que haya en una misma provincia y hacer una puesta en común de intenciones, proyectos, reservas de libros e iniciativas de las que puedan beneficiarse todos los clubes.
Casi que mejor empezar poquico a poco. No hace falta tanto porque lo importante primero son las ganas y si la cosa resulta pues ya veremos. Pero poco a poco. Y si al principio cada uno se tiene que costear su libro (los libros de bolsillo son muy económicos)no pasa nada por que creo que lo importante es la idea y las ganas de leer y poner temas en común sobre lecturas leidas.
Los potenciales participantes, en la mayor parte de los casos, no se van a enterar de la puesta en marcha del club de lectura así que hay que salir en su busca. Poner carteles con reclamos atractivos en lugares como bibliotecas, casas de cultura, ayuntamientos, colegios, institutos y residencias es una buena idea.
Otro buen método de reclutamiento consiste en repartir octavillas fotocopiadas en sitios donde contamos con la heterogeneidad de sus usuarios : supermercados, gimnasios, clases de manualidades, talleres varios, cafeterías, sedes de asociaciones culturales, museos, salas de exposiciones, escuelas de idiomas, piscinas, herboristerías, Bancos, oficinas de Cajas de Ahorro…
Los medios de comunicación pueden resultar una baza importante. Lo que ocurre es que salvo los medios locales, el resto, no acostumbra a pararse demasiado en las pequeñas iniciativas culturales. De modo que conviene ser ingenioso y redactar una nota de prensa imaginativa que atraiga la atención de los periodistas. No deberíamos descuidar las radios, mucho más interesantes que los periódicos, porque admiten de mejor grado que el coordinador o el director de la actividad vaya a la emisora a contar en qué consiste la iniciativa.
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ResponderEliminarEstos de Rivas valen pa todo, igual para celebrar fiestas que para preparar jornadas como estas.
ResponderEliminarQue grandes artistas hay en Rivas.
ResponderEliminarSolo hay que ver que cada actividad la hace gente de Rivas.
No necesitais a nadie.
La denominación club de lectura:
ResponderEliminarDenominamos club de lectura al grupo de lectores que se reúne periódicamente para realizar una puesta en común de los libros que, previamente, han leído en todo o en parte sus integrantes, de forma solitaria.
A partir de esta genérica definición los matices son infinitos por la cantidad de variantes que admite: desde la composición de sus miembros, la periodicidad de las reuniones, el género de la lectura, la lengua en la que se comentan los libros, el lugar donde se celebran las reuniones y un largo etcétera.
Igual que hay clubes de lectura en inglés los hay de catalán, de novela negra, de filosofía, de mujeres, de adultos, juveniles, entre padres, mensuales, quincenales, semanales, en librerías, aulas culturales o escolares, en bibliotecas o incluso en cafés a modo de tertulias.
(continuara)
YO QUIERO FORMAR PARTE DEL GRUPO DE LECTURA, PARECE MUY INTERESANTE Y EN RIVAS NUNCA SE HABIA HECHO.
ResponderEliminarDesde Canarias, con afecto y cariño.
ResponderEliminar¿Quién puede crear un club de lectura?
ResponderEliminarLa iniciativa privada y la pública se solapan en la mayoría de casos. Un club de lectura puede funcionar tanto impulsado por una biblioteca, un grupo de amigos, un grupo de padres, una asociación cultural, una residencia de la tercera edad, un programa de integración de inmigrantes, una onegé, un aula de lectura, a propuesta de un profesor o de un conjunto de alumnos... Lo importante es querer desarrollar la actividad, planificarla con método y realizarla con ilusión.
Como se lo curran.La lectura es muy importante me alegro mucho que hagais esto pues nos enriquecera a todos mucho gracias.
ResponderEliminar¿De dónde sacamos los libros?
ResponderEliminarEs obvio que para funcionar como club necesitamos lotes de libros de un mismo título suficientes para repartir entre los participantes. Tal vez este sea el gasto más importante de la actividad, por eso hay que estudiar todas las posibilidades.
1.Comprar nosotros el lote del libro elegido
2.Pedirlo en préstamo a otros clubes de lectura
3. Ponernos de acuerdo con otros clubes de nuestra provincia para compartir gastos y hacer rotación de libros.
4.Conseguir que un organismo de una provincia o autonomía financie cada año la compra de libros y estos puedan circular de club en club mediante un formulario de reserva.
Si adquirimos nosotros los libros deberemos tener en cuenta el tipo de letra de la edición, la edición en sí (algunas son tan malas que enseguida se desbaratan) y un factor de calidad literaria: ¿pasado el tiempo seguirá mereciendo la pena tener un fondo tan elevado de la obra escogida?
Podemos pedir libros a otros clubes, siempre y cuando también nosotros compremos algún título (por poco que sea lo que podamos) y ofrezcamos nuestro fondo. De esa manera enriquecemos el catálogo común.
Para abaratar costes (de transporte en caso de préstamo entre provincias o de inversión en libros, cuando se ha producido adquisición de obras) recurriremos a una fórmula interesante consistente en convocar reuniones periódicas de los coordinadores de clubes que haya en una misma provincia y hacer una puesta en común de intenciones, proyectos, reservas de libros e iniciativas de las que puedan beneficiarse todos los clubes.
Casi que mejor empezar poquico a poco.
ResponderEliminarNo hace falta tanto porque lo importante primero son las ganas y si la cosa resulta pues ya veremos.
Pero poco a poco. Y si al principio cada uno se tiene que costear su libro (los libros de bolsillo son muy económicos)no pasa nada por que creo que lo importante es la idea y las ganas de leer y poner temas en común sobre lecturas leidas.
¿De dónde sacamos a los participantes?
ResponderEliminarLos potenciales participantes, en la mayor parte de los casos, no se van a enterar de la puesta en marcha del club de lectura así que hay que salir en su busca. Poner carteles con reclamos atractivos en lugares como bibliotecas, casas de cultura, ayuntamientos, colegios, institutos y residencias es una buena idea.
Otro buen método de reclutamiento consiste en repartir octavillas fotocopiadas en sitios donde contamos con la heterogeneidad de sus usuarios : supermercados, gimnasios, clases de manualidades, talleres varios, cafeterías, sedes de asociaciones culturales, museos, salas de exposiciones, escuelas de idiomas, piscinas, herboristerías, Bancos, oficinas de Cajas de Ahorro…
Los medios de comunicación pueden resultar una baza importante. Lo que ocurre es que salvo los medios locales, el resto, no acostumbra a pararse demasiado en las pequeñas iniciativas culturales. De modo que conviene ser ingenioso y redactar una nota de prensa imaginativa que atraiga la atención de los periodistas. No deberíamos descuidar las radios, mucho más interesantes que los periódicos, porque admiten de mejor grado que el coordinador o el director de la actividad vaya a la emisora a contar en qué consiste la iniciativa.