Crónicas de arena: Centro
No recuerdo el momento, cuando yo tomé conciencia, Él ya estaba aquí... Centro descendido, (lo divino siempre mora en “lo alto”), los niños ...
http://www.rivaspress.com/2008/10/crnicas-de-arena-centro.html
No recuerdo el momento, cuando yo tomé conciencia, Él ya estaba aquí...
Centro descendido, (lo divino siempre mora en “lo alto”), los niños lo saben...; Los ancianos grises, después de dar la vuelta a la vida...; también.
Él, es el lugar donde empiezan las metas, a donde regresan los ecos.
Allí renace la fuerza natural de los eones.
Centro, rodeado de cambio..., permanece.
Él otorga su presencia a todas las cosas.
Nada puede impedir su ley:
“todo nace en Mí; todo retorna a Mí”.
Piedra angular de los universos, Grial indestructible, vórtice invisible, la primera causa, el último motivo...
Un día despertamos y vimos nuestra muerte en vida, partimos de inmediato, nos hicimos como niños y aprendimos a olvidar lo aprendido.
Senda blanca y azul; hermosa y amada sabiduría de la inocencia perdida. Vibra en bondad y se nos regala sin medida cuando soñamos el olvidado olvido.
Una hoja cae en otoño y golpea la tierra, el ensordecedor sonido del momento detiene el tiempo; un mundo muere; abierto el cáliz de Dios, puedo mirar adentro; las estrellas danzan; armonía, dicha, luz; atravesada el alma; paz, alegría sin miedo... plenitud... verdad... belleza... Amor... Vida...
Centro descendido, (lo divino siempre mora en “lo alto”), los niños lo saben...; Los ancianos grises, después de dar la vuelta a la vida...; también.
Él, es el lugar donde empiezan las metas, a donde regresan los ecos.
Allí renace la fuerza natural de los eones.
Centro, rodeado de cambio..., permanece.
Él otorga su presencia a todas las cosas.
Nada puede impedir su ley:
“todo nace en Mí; todo retorna a Mí”.
Piedra angular de los universos, Grial indestructible, vórtice invisible, la primera causa, el último motivo...
Un día despertamos y vimos nuestra muerte en vida, partimos de inmediato, nos hicimos como niños y aprendimos a olvidar lo aprendido.
Senda blanca y azul; hermosa y amada sabiduría de la inocencia perdida. Vibra en bondad y se nos regala sin medida cuando soñamos el olvidado olvido.
Una hoja cae en otoño y golpea la tierra, el ensordecedor sonido del momento detiene el tiempo; un mundo muere; abierto el cáliz de Dios, puedo mirar adentro; las estrellas danzan; armonía, dicha, luz; atravesada el alma; paz, alegría sin miedo... plenitud... verdad... belleza... Amor... Vida...
Centro...
Un lujo... poder disfrutar de tus relatos..
ResponderEliminarLos espero con entusiamo... y cada vez... me sorprendes más..
Tengo la duda.. de saber, si es fruto de tu imaginación, de tus silencios, o tal vez... seas tú uno de ellos...
Todo un enigma...