Crónicas de arena: El sueño del minotauro

A la orilla del océano primordial, descansa...
Juguete de los hombres. Cierra sus ojos agrietados, sueña...
Teseo jamás salió del laberinto, permanece perdido en su tenaz locura.
Ariadna; pese a recibir el pago de los hombres, en tu pureza, entregas el fruto de tu amor: La hebra de plata permanecerá dispuesta para los intrépidos.

Abandónate a Madre.
Nutrirse de ideas cual sólidas certezas.
Ven, no temas, sabes en verdad que somos inmortales.

El minotauro reposa en la pregunta, intenta entender...
Soy sin Yo...; sólo Soy.
Todo comenzó hace demasiado tiempo: buscar por siempre una evasiva que no existe.

Nadie hay que salga... ¿es que no lo ves?

Implorando un perdón para el que no existe pecado.
Destruye mi tristeza infinita. Dame del agua que quita la sed eterna.

Se respira paz en este espacio, entre los pliegues de la historia. La noche, la lucha ausente. Rechazo formar parte de la lógica. Renuncio a las oscuras cadenas del deseo, miro el aliento del animal desnudo y me niego a formar parte del juego...

Hombre, el camino de regreso a casa te espera... El momento ha llegado, no temas, un instante antes de no ser, conocerás que participas del retorno eterno... sabrás entonces que siempre formaste parte...; de Dios.