Bosé conquista La Magdalena

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Etiquetas: El Imparcial

Más de 6.000 personas disfrutaron anoche de un concierto enérgico, cómplice y seductor.

Era uno de los conciertos más esperados de los previstos en el ciclo 'Amstel música en grande' en la campa de La Magdalena. Por varias razones: por la expectación que siempre despierta una figura como la de Miguel Bosé; por el retraso provocado por su laringitis, que acrecentó el interés y despertó ciertas dudas; porque la cita de Santander suponía el inicio de su gira española y había ganas de saber qué sorpresas deparaba un artista siempre innovador, singular y diferente... Y Miguel Bosé respondió anoche con creces a todas esas expectativas, para disfrute de las más de 6.000 personas que lo presenciaron en directo en el cierre de los conciertos de la Semana Grande santanderina.

Como tiene acostumbrado a su público en más de 30 años de destacada carrera, Bosé se
mostró sobre el escenario enérgico, descarado, provocador, dinámico... Es su apuesta y
siempre le ha ido bien. Tras el previo paso por el escenario del disc-jocjey Brian Cross, el
artista nacido en Panamá pero con alma y corazón español saltó a las tablas a las once
menos veinte de la noche.

Como hiciera el día anterior Sabina, Bosé interpretó una selección de canciones de su último disco, el luminoso, audaz y contemporáneo 'Cardio' ('Estuve a punto de.', 'Por ti', 'A mí me da igual'...), pero dedicó más tiempo a viajar por su extensa discografía, esa que reunió y actualizó en su exitoso 'Papito'.
Así, durante las dos horas que duró su reencuentro con el público cántabro sonaron 'pilares' de la música española como 'Nena', 'Bambu', 'Morenamía', 'Como un lobo', 'Nada particular' y un largo etcétera. Acompado de ocho músicos y bailarines y con un perfil mucho más estilizado que en su anterior gira, Miguel Bosé estuvo seductor, cómplice, comunicativo e hizo bailar a su ritmo a un público entregado, formado por muy diversas generaciones y con predominio del género femenino cuarentón.

Mención aparte merecen la espectacular escenografía y luminotecnia, que requirió seis tráilers para llegar hasta Santander. Apoyada en la tecnología más novedosa, se combinó
una llamativa realización audiovisual centrada en la parte central del escenario con un despliegue de arquitectura móvil a través de esculturas de más de 14 metros de pantallas
de diferentes tamaños que subían y bajaban ante la incrédula mirada de muchos. En definitiva, un nuevo golpe de efecto de un artista siempre diferente y sumamente innovador, desde sus primeros pasos artísticos adolescente.

Esta es el último post desde Santander, los conciertos han terminado, y mis vacaciones por la costa están llegando a su fin, nos vemos por las Cinco Villas.
P.D. Si no me da por marcharme al Mediterraneo.

Fuente: El Diario Montañes. (Que me canso de escribir todos dias)









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