LUCES Y SOMBRAS

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Categoría: [Cambiemos el mundo]
Etiquetas: Camareta

Ayer fue un día raro, un día de esos en los que la alegría y la tristeza confluyen al mismo tiempo en el camino de la vida.
Me levanté por la mañana con la ilusión de disfrutar de un gran domingo de motos al otro lado de la barra con algunos de los aficionados al motor que tenemos en nuestro pueblo. A las once me enganché a la primera para seguir la carrera de 125 y escuchar atentamente los comentarios que se decían de Motorland, Alcañiz, Teruel, Aragón, España y que llegaban a todos los rincones del planeta. Todo marchaba sobre ruedas, no podía ser de otra manera.
La organización del gran premio funcionaba fenomenal, no había problemas para acceder al circuito, la animación no paraba en todo el fin de semana y el espectáculo de las motos estaba asegurado por la categoría de los pilotos y el maravilloso circuito que tenemos en Alcañiz y que el año pasado, como maestro por tierras turolenses (al igual que El Imparcial) pude visitar.
Me marché para la ducha con la imagen de Pol Espargaró subido en lo más alto del cajón saludando a los miles de aficionados que llenaban las gradas de Motorland. Bajé las escaleras como un rayo para seguir disfrutando del espectáculo y me detuve como todos los domingos en el patio a leer la portada del Heraldo, esperando recoger las segundas impresiones que había causado la celebración del Moto GP en el día de entrenamientos y., fue entonces cuando me quedé paralizado. Fue entonces cuando un sentimiento extraño me invadió sin darme cuenta, fue en ese preciso momento cuando el día se volvió raro.
La noticia de que José Antonio Labordeta había fallecido esa misma noche encabezaba la portada del Heraldo. Me fui directo a preguntar a mi tío, que enfrascado en la lectura de la noticia entre gabardinas y cervezas me respondió con su mirada.
Se nos había marchado uno de los GRANDES, se nos marchaba una de las voces más importantes de Aragón, Alcañiz, Teruel, España. y no solo encima de los escenarios, sino también en la televisión con su mochila a cuestas y en el CONGRESO. Con él se nos marchaba una parte de Aragón esa que mostraba orgulloso y sin darse cuanta allá por donde pisaba, por que hablar de Labordeta es hablar de Aragón, de democracia, de libertad, de generosidad, de nuestras raíces, del cierzo, del Moncayo, de Teruel, de los Pirineos, de los pueblos y sus gentes, de Huesca, Zaragoza y del Real Zaragoza, en definitiva; de nosotros mismo.
Y. como no podía ser de otra manera se fue en uno de los días grandes de Aragón, en el día en el que Motroland, Alcañiz, Teruel, Aragón y España se presentaban al mundo. ¿Casualidades del destino? Ó ¿fue su manera de seguir haciendo grande nuestro querido Aragón?









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